Samuel Zygmuntowicz: Por qué un fabricante de violines de Nueva York se ha convertido en el lugar al que acuden las estrellas mundiales: retrato de los violines Corilon
Al igual que tocar un instrumento de cuerda es un trabajo de precisión, por ejemplo en lo que se refiere a la entonación, cada detalle es importante en su producción: Cada cambio -aunque sólo sea en uno de sus componentes- repercute en el sonido. Samuel Zygmuntowicz, maestro luthier y artista contemporáneo de Nueva York, trabaja con esto en mente cuando se encarga de una nueva creación o de un instrumento que hay que adaptar.
Como los instrumentos de cuerda antiguos son muy populares entre los artistas de hoy en día, pero por desgracia en la mayoría de los casos también son totalmente inasequibles para ellos, Samuel Zygmuntowicz se ha especializado en réplicas de maestros antiguos. El hecho de que sus réplicas se negocien desde hace tiempo a precios elevados puede considerarse una ironía del mercado, o simplemente una prueba de su excelente reputación. En 2003, por ejemplo, una copia de un violín Guarneri que Zygmuntowicz hizo para Isaac Stern en 1994 se subastó por el precio más alto jamás alcanzado por un constructor vivo. Músicos profesionales de todo el mundo visitan su taller de Brooklyn para, al menos, inscribirse en su lista de espera, y músicos de talla mundial, desde Joshua Bell y Yo-Yo Ma hasta los miembros del Cuarteto de Cuerda Emerson, figuran ya entre sus clientes. En estrecha colaboración con los artistas, que siguen consultándole incluso después de comprar un instrumento, siempre está a la búsqueda del sonido ideal.
La historia familiarde Samuel Zygmuntowicz está marcada por las atrocidades del siglo XX: internados en Auschwitz, sus padres fueron de los pocos que sobrevivieron al Holocausto. Emigraron a Filadelfia, donde su padre fundó una lavandería y donde Samuel nació en 1956. A los 13 años talló su primer instrumento: una flauta. A los 16 años empezó a trabajar en un taller de construcción de violines y más tarde completó su formación profesional en la escuela de construcción de violines de Salt Lake City, la primera de este tipo en Estados Unidos. Durante sus estudios, perfeccionó sus habilidades en las áreas de restauración y construcción de instrumentos con Carl Becker y, tras graduarse en 1980, también con Jacques Français y René Morel. En 1985, Zygmuntowicz abrió su propio taller en Nueva York, el destino natural de los grandes músicos.
Para Samuel Zygmuntowicz, la orientación hacia los viejos maestros no es una cuestión sentimental, sino que sus obras se comprenden hoy mejor que nunca, subraya el fabricante de violines, para quien la investigación de vanguardia es una preocupación importante. Junto con el físico George Bissinger y en colaboración con otros científicos, fabricantes de violines, músicos, productores de cine y diseñadores, realizó el proyecto «Strad3D»: utilizando escáneres láser y tomografías computarizadas, visualizaron el comportamiento vibratorio de los cuerpos de los violines en animaciones 3D: una mirada fascinante y reveladora que penetra bajo la superficie.
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